miércoles, noviembre 02, 2005

La ciudad Luz o ciudad de los enamorados, poco importa como le queramos llamar, lo cierto es que amarra y deja un gran vacio cuando no se ha dejado de vivir en ella. No hay un día en que no recuerde con alegria mis vivencias en esta ciudad. No se deja conocer jamás, cuando se cree que se le dio la vuelta entera, de repente te encuentras con un nuevo lugar, un personaje especial o una escena inverosimil. Es una ciudad llena de contrastes, nunca neutral.

Espero poder volver a caminar por la place des voges, parque al que llevaba a Candelaria a jugar a la arenera, a cine, a teatro, a tomar vino al borde del rio Sena obervando todo lo que sucede allí. Caminar y encontrar vitrinas atrayentes y disintas la una de la otra.

Me dan demasiadas ganas de regresar.

1 comentario:

María Paula Muñoz dijo...

Hey vamos en mi cumpleaños, alla a París.